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EMDR

Supervisión de los casos por Arwen Caban

Arwen Caban, Directora del centro y Clínico EMDR

Qué es EMDR

¡Bienvenido! Soy Arwen Caban, directora del centro Caban Psicología y Fisioterapia, psicóloga y Clínico EMDR, y me gustaría compartir con usted, contigo, la razón por la que creé este centro en enero de 2014, la terapia EMDR. Voy a tutearte con tu permiso y te explicaré, con las mismas palabras con las que se lo explico a mis pacientes, qué es, en qué se basa, por qué funciona, y cómo haremos EMDR.

La terapia EMDR es un abordaje completo para los trastornos emocionales (depresión), la ansiedad y el estrés, los problemas relacionales y de apego, la disociación,  los trastornos somatomorfos, el trauma (estrés postraumático, duelo, bullying, abuso sexual, maltrato), etc.

EMDR significa Desensibilizacion y Reprocesamiento por medio del Movimiento Ocular.

La terapia EMDR se combina con los métodos terapéuticos establecidos en un plan de tratamiento estructurado y desarrollado para satisfacer las necesidades específicas de cada persona.

Como resultado de extensas investigaciones científicas, la psicoterapia EMDR está reconocida como un método de tratamiento para el trastorno por estrés postraumático (American Psychiatric Association,2004; Department of Veterans Affairs & Department of Defense, 2004; Foa, etal., 2000; INSERM, 2004; the SAMHSA’s National Registry of Evidence-based Programs and Practices,2011; y el United Kingdom Department of Health, 2001, entre otras). La OMS (Organización Mundial de la Salud) en el año 2013 reconoció y recomienda la terapia EMDR para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático.

Las investigaciones más actuales avalan la terapia EMDR como método terapéutico en muchos otros trastornos (para una revisión de distintas aplicaciones clínicas de EMDR puede consultarse en http://www.emdr.com/clinical-applications/)

El método descubierto y desarrollado desde 1987 por la Dra. Francine Shapiro, consiste en usar estimulación bilateral en un protocolo especial relacionado con las situaciones traumáticas que desencadena la desensibilización y el consecuente reproceso de las mismas, acompañado de la desaparición de la sintomatología.

Los psicólogos formados y entrenados en la psicoterapia EMDR son capaces de encontrar en la historia del paciente los hechos que justifican el síntoma, poner en práctica los procedimientos necesarios que cambiarán la forma en que estos recuerdos están almacenados en el cerebro. El resultado de estas intervenciones será la integración de estas experiencias en la biografía del paciente para crear un presente libre de síntomas.

EMDR ha demostrado ser útil en la resolución de los síntomas causados por eventos traumáticos como los pensamientos intrusivos, pánico, fobias, depresión, sensaciones de dolor y sufrimiento emocional, incluidas la excesiva culpa, ira, tristeza y angustia, pesadillas recurrentes y los síntomas conductuales.

Un modelo basado en el funcionamiento cerebral

Todos al nacer llevamos de serie un sistema de “autocuración”. El sistema inmunitario nace, como nosotros, “en pañales”, y poco a poco va madurando hasta ser capaz de enfrentarse de forma exitosa a nuestro entorno. Son las bacterias, virus y patógenos de nuestro alrededor, junto con nuestra dotación genética, más la alimentación, la contaminación o pureza del aire que respiremos, el clima, etc. (a todo esto lo llamamos el contexto) los determinantes de cómo de bueno será nuestro sistema inmunitario.

Este mecanismo de autocuración también lo tiene el cerebro. En este caso hablamos en lugar de glóbulos blancos, o linfocitos, de neuronas y partes del cerebro que se responsabilizan de digerir, metabolizar, procesar, lo que nos va sucediendo, esas experiencias negativas que vivimos todos, desechando aquello que no nos sirve y asimilando (aprendiendo) lo que necesitamos.

El cerebro procura integrar las experiencias

Por lo general, la integración de las experiencias sucede durante una fase del sueño llamada fase REM, y también durante el día (aunque no nos demos cuenta). Es también en esta fase del sueño en la que tenemos los sueños.

Veamos un ejemplo: imagina que has tenido una discusión con un compañero del trabajo. Después de la discusión estás frente a tu ordenador muy enfadado y molesto, dándole vueltas a lo que habéis hablado. A la hora de la comida lo comentas con una de tus compañeras, que te da su punto de vista y te dice cómo ha llevado ella ese tipo de discusiones en el trabajo. De camino a casa mientras conduces le das unas vueltas más. En casa, le cuentas la jugada a tu pareja y te desahogas un poco. Al irte a dormir, durante la fase REM, tu cerebro cogerá lo que sucedió con tu compañero por la mañana, las vueltas que le has dado al tema durante el día, lo que te ha dicho tu compañera, tu pareja… también cogerá las veces en el pasado que has discutido con amigos o compañeros… ya que el cerebro funciona por asociación… y procesará lo ocurrido consiguiendo que por la mañana estés más sereno y con una idea más clara de cómo abordar el problema… bueno, esto pasará si tu sistema de procesamiento adaptativo de la información no está bloqueado y hace bien su trabajo (suele ser así).

Siguiendo con este ejemplo, imagina que éste fuera realmente un problema para ti, que con frecuencia discutieras y notaras que todo el enfado y la rabia no se van simplemente durmiendo o hablando e intentando resolver el tema con la persona en cuestión. Como veremos más adelante, tendremos que seguir la línea de tu vida, hacia el pasado, y buscar qué ocurrió que te impide vivir el presente con calma y seguridad… muchas veces buscaremos en tu niñez.

Qué son los disparadores: el efecto del trauma en el presente

Volvamos entonces al cuerpo… En ocasiones, como cuando tenemos una fractura abierta en un hueso, al cuerpo le cuesta mucho arreglar el desaguisado por sí mismo, y necesita de ayuda externa, es decir, necesita de medicina y médicos.

Cuando tenemos un Trauma (con T mayúscula), como por ejemplo una violación, la muerte de un ser querido, un accidente grave, catástrofe natural o causada por el ser humano como es un atentado, el cerebro normalmente no puede “digerir” o “curar” éste hecho de forma satisfactoria, el sistema de procesamiento adaptativo de la información se satura y queda bloqueado. Es cierto que mucha gente no llegará a tener Estrés Postraumático, pero de alguna forma, seguramente, éste hecho les marcará de forma negativa. Un reducido número de personas saldrá de forma natural más fuertes, y habrán metabolizado el hecho de la forma más satisfactoria posible. Se dice que éste tipo de personas tienen una gran “resiliencia”, pero son los menos.

A menudo, cuando sucede algo traumático, parece que queda atrapado en el sistema nervioso con la imagen, los sonidos, los pensamientos y los sentimientos originales, o cualquier combinación de ellos. Ya que la experiencia está encerrada allí (de forma física, es decir, como redes neuronales), se continúa detonando cada vez que sucede algo determinado en el presente. Estas viejas experiencias pueden causar muchísimo malestar. A veces, puedes sentirte indefenso porque eres incapaz de controlar lo que sucede en tu mente o en tu cuerpo… Esto ocurre porque estás experimentando los sentimientos y sensaciones que están conectados con esta experiencia previa. Decimos que la experiencia original está siendo detonada, por un disparador.

Podemos entonces explicar los síntomas presentes: ansiedad, tristeza, pánico, ira, creencias negativas, baja autoestima, pesimismo, síntomas físicos (tensión, presión en el pecho, boca seca, nudo en el estómago, diarreas repentinas, etc.), etc. como “detonación” de una parte de un recuerdo traumático no procesado, o procesado de forma parcial.

Por qué se guardan así las experiencias negativas

Porque el cerebro tiene que aprender del entorno para que podamos sobrevivir… es una estrategia evolutiva de supervivencia… veamos un ejemplo…

Imagina hace miles de años, un clan de homo sapiens en el que los hombres han salido a cazar, y las mujeres, mayores y niños se quedan en el asentamiento. Podemos imaginar a los niños jugando, a las mujeres preparando alguna piel de animal para que sirva de abrigo… ahora imagina que un tigre aparece en la escena, y que esas personas nunca han visto un tigre, nunca han oído historias de tigres, no saben que los tigres son peligrosos… seguramente se sorprenderían al ver al tigre. Es grande. Se acerca. Se lleva uno de los niños más pequeños… El terror, el miedo, los gritos… Hace miles de años era vital que el recuerdo estuviera vivo aunque pasaran años. Este recuerdo, o más bien, la forma en que esa experiencia se guardó en sus cerebros, era la base para mantener a los hombres vigilando siempre el asentamiento, para tener siempre a mano algo que lanzar, como una piedra… con que defenderse, como un palo. El simple hecho de hablar de la vez que un tigre se llevó un niño debía ser suficiente para que sus corazones se encogieran y latieran aterrorizados y se repitieran que nunca más los niños jugarían solos y desprotegidos. Esta forma de funcionar del cerebro era necesaria entonces y también ahora. Aunque a veces se vuelve en nuestra contra.

El estilo de vida que llevamos en el mundo occidental dista mucho de esa lucha casi diaria por la supervivencia. El cerebro no tiene que estar preocupado u ocupado en buscar cobijo, alimento, abrigo. De tal forma que las situaciones por las que se detonan las experiencias del pasado no suelen ser situaciones reales de peligro. No suelen haber tigres en la habitación.

Cómo puede ayudar EMDR

Podríamos estar de acuerdo en que las situaciones extremadamente Traumáticas (T) son la causa de los síntomas… Pero, ¿qué ocurre si usted no ha tenido ningún Trauma con T mayúscula, al cual podamos “echarle la culpa” de lo que le está sucediendo?

Veamos, la gran investigación que se ha hecho y los años de experiencia de miles de psicólogos y psiquiatras que usan EMDR alrededor del mundo sobre millones de pacientes llevan a la siguiente conclusión: aparte de otros factores (genéticos, medioambientales, de alimentación, orgánicos, etc.), son principalmente las experiencias negativas que tenemos desde que comenzamos a tener un sistema nervioso medianamente desarrollado hasta que el cerebro está maduro (desde el vientre materno hasta el final de la adolescencia) las responsables de los distintos trastornos emocionales que sufrimos, así como de las partes negativas de uno mismo, que aun no llegando a ser patológicas, nos limitan como personas. Estas experiencias negativas son muy variadas, existiendo Traumas y traumas.

De la misma forma que no todos tenemos el sistema inmunitario igual de fuerte, la capacidad de digerir todo esto varía de persona a persona. Por un lado la edad en la que sucedió el hecho traumático afectará… por eso es tan importante que hablemos de tu infancia y adolescencia, ya que la capacidad de integrar correctamente la experiencia dependerá del momento evolutivo del cerebro. Por otro lado el tipo de apego que recibiste por parte de tus padres o figuras de cuidado será el modulador que nos explicará también por qué estas experiencias te desestabilizaron, por qué guardaste en una cajita mental lo que ocurrió y le echaste el cerrojo (esto no se recuerda, no se mira, o no se siente nada o muy poco por ello), o por qué las asimilaste bien y te hicieron más fuerte.

Ahora bien, ¿qué es lo que podemos hacer para eliminar estos síntomas que presentas en la actualidad? con la terapia EMDR vamos a darle un empujón (desbloquear, desobstruir) a esa capacidad innata y natural del cerebro de procesar / metabolizar / digerir estas experiencias, conectando estas redes de memoria con las partes adaptativas de tu cerebro. Nos quedamos así con lo útil y desechamos el resto.

La estimulación bilateral (movimientos oculares, sonidos bilaterales y tapping) que usamos en la terapia EMDR parece desobstruir el sistema nervioso (el mecanismo de Procesamiento Adaptativo de la Información) y permitir que el cerebro procese la experiencia. Con EMDR entramos en los recuerdos “aislados” de un modo ordenado, manteniendo activo el sistema de proceso de la información (con el que naciste), y poco a poco las informaciones aisladas empiezan a conectarse hasta que el hecho adquiere una dimensión nueva. EMDR ofrece la posibilidad de restaurar este sistema y, sobre todo, que tu sistema emocional se regule. Lo importante es recordar que será tu propio cerebro quien realice la curación y que eres tu quien controla la situación.

En palabras del neurobiólogo Daniel J. Siegel:

“La mente se puede definir como el proceso que regula el flujo de energía e información, que permite procesar la memoria y las emociones de manera eficiente y terapéutica. Al igual que en otras intervenciones terapéuticas, aún no se sabe exactamente cómo funciona el proceso de curación en la mente o en los procesos neurológicos del cerebro. Algunos autores han propuesto que el trauma está relacionado con una disfunción en la integración de varias formas de procesos mentales tales como memoria, emoción, percepción y comunicación interpersonal que llevarían al individuo a sentirse excesivamente limitado y otras veces a sentir que pierde el control sobre cómo está funcionando su mente. Desde el punto de vista neuronal, tal deficiencia en los procesos mentales podría verse como un bloqueo en la “integración neuronal” que es la forma en que el cerebro trabaja con todos sus circuitos como un todo funcional.

Desde esta perspectiva, sanar en psicoterapia involucra el desarrollo de circuitos cerebrales que propicien la integración neuronal. Áreas como la corteza pre-frontal, el hipocampo, el cuerpo calloso y el cerebelo son regiones que pueden facilitar la integración neuronal y por lo tanto cambiar durante una terapia efectiva. EMDR puede ser particularmente efectivo facilitando la integración neuronal a través de la forma en que sus fases de tratamiento activan diferentes procesos en el cerebro tales como pensamientos, emociones, recuerdos y sensaciones corporales. A medida que vamos avanzando en las fases del EMDR, la integración neuronal podría verse como el proceso cerebral que es facilitado durante las fases de tratamiento. El resultado de la integración neuronal sería una mejoría en los síntomas y el desarrollo de un mejor sentido de bienestar interno y de experiencias interpersonales más gratificantes.”

Las ocho fases del tratamiento estándar EMDR

EMDR es un abordaje psicoterapéutico interesante y complejo que incorpora mucha de la sabiduría de otras terapias. Aunque la mayoría de la gente lo asocia con los movimientos oculares, la verdad es que EMDR es una forma acelerada de procesamiento de la información que incluye una secuencia de ocho fases y numerosos elementos procedimentales que contribuyen a su éxito. El EMDR se enmarca dentro de un plan de tratamiento integral para promover tu recuperación.

Las ocho fases del tratamiento son necesarias para asegurar que se manejan adecuadamente todos los elementos disfuncionales del problema. Por eso cada una de las fases se considera importante y esencial para poder completar con éxito el tratamiento con EMDR. Un breve resumen de las ocho fases te ayudará a entender la función de cada una de ellas y cómo puedes apoyar tu propio progreso.

Durante la fase 1, la historia clínica, te he preguntado sobre tu problema, familia, escuela, profesión, desarrollo e historial médico, psicológico y físico. La idea es conocerte para (con tu ayuda) poder tomar la mejor decisión sobre cómo comenzar tu proceso de recuperación. Buscamos los distintos traumas T y t. Preguntas, del estilo ¿sucedió algo importante un tiempo antes del síntoma?/ ¿cuándo me he sentido así antes?/ ¿Y esto, de dónde viene?/ ¿dónde aprendí esto? nos servirán para comprender el desarrollo específico de tu problema, y poder establecer la jerarquización (con mucha frecuencia es cronológica) de los recuerdos en función del objetivo que nos hayamos marcado. Una vez completada esta fase, trazaremos un plan de tratamiento juntos. ¡Importante! Por favor, déjame saber si hay algo importante que no te haya preguntado.

La fase 2 es la fase de preparación y probablemente sea la fase más importante de tu tratamiento. Te prepara para asegurarte de que tienes los recursos para abordar el problema. Cuando hablamos de recursos nos referimos a estrategias de afrontamiento Los recursos son las maneras en las que nos calmamos a nosotros mismos y manejamos pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales perturbadoras. Esta fase es crucial para una buena resolución y puede durar desde una sesión a tantas como sean necesarias para asegurarnos de que puedas manejar cualquier cosa que surja. Es como si te estuvieras preparando para el invierno y así, cuando llegue la tormenta, no será un problema porque estarás listo.

Durante esta fase se introducen los procedimientos concretos del EMDR para que te vayas familiarizando con ellos y puedas hacer tantas preguntas como quieras. El reprocesamiento con EMDR no comenzará hasta que tú y yo estemos seguros de que estás listo.

La fase 3 es la fase de evaluación, en la que aclararemos el problema sobre el que vamos a trabajar, escogiendo los siguientes elementos: la imagen que lo representa, o que te hace pensar negativamente sobre ti mismo ahora (creencia negativa), cómo desearías verte a ti mismo referente a esa situación ahora (creencia positiva), tus emociones y dónde se localizan las sensaciones en tu cuerpo. Te enseñaré a medir las emociones y la creencia positiva sobre ti mismo para que podamos ver juntos donde te encuentras en el proceso de cambiar tus pensamientos y sentimientos sobre ti mismo y la situación.

La desensibilización es la fase 4. En esta fase usaremos estimulación bilateral para resolver el problema planteado y cualquier material relacionado. Cuando el evento escogido como diana y la información existente en los canales asociados hayan sido reprocesados, pasaremos a la siguiente fase. Sabremos cuando continuar gracias a dos escalas: la escala de unidades subjetivas de perturbación (SUD) y la escala de validez de la creencia (VOC). La SUD nos ayuda a medir tu nivel de perturbación o incomodidad con tu problema y la VOC nos ayuda a evaluar cuán cerca estás de tu objetivo. Cuando la SUD llega a 0 y la VOC a 7, sabremos que estás listo para pasar a la siguiente fase. Algunas veces esta fase avanza rápido y otras más lentamente. Esto depende de lo que necesites para resolver la dificultad.

Es en esta fase cuando tu cerebro comienza a reprocesar el trauma, y lo hace solito, y siempre bien. Sólo tendrás que observar lo que te viene a la cabeza, ya sean recuerdos, imágenes, pensamientos, reflexiones, emociones, sensaciones físicas… Iremos haciendo pausas en las que te pediré un poco de información mediante la pregunta “¿qué te viene?”, y después simplemente seguirás observando lo que aparezca.

Una forma fácil de entender esta fase es explicarla así: imagina que estás en un cine, en la pantalla aparece la imagen, y tiene un subtítulo “[creencia negativa]”, nota como esto te hace sentir y dónde lo sientes, y simplemente observa la película que aparece, sin juzgar, ni evitar, ni controlar nada, solo observa y siente, como si vieras una película.

La forma en que cada persona realiza esta fase es diferente, puede que la imagen no cambie y sea siempre la misma. Puede que la imagen cambie, se haga de blanco y negro o de otros colores, que se haga más grande, más pequeña, etc. Puede que la imagen cambie a otra imagen parecida pero que no sucedió. Puede que pase una película mental de todo lo que ocurrió, o de su vida. Puede que salte a distintos momentos de su vida. Puede que no aparezcan imágenes y lo vivas todo a nivel emocional, o físico. Suceda como suceda, recuerda que es exactamente la forma en que tiene que ser. Tu cerebro lo hará bien.

Es posible que tengas reacciones emocionales y/o físicas muy fuertes e intensas. Suele ser un signo de procesamiento. No te asustes. Si lo necesitas podemos hacer una pausa. Mi recomendación es seguir con la estimulación bilateral hasta que esta reacción pase o sea más suave. Imagina que estamos en un túnel negro, conduciendo; si pisamos el freno en medio del túnel, todo será negro alrededor; lo mejor es mantener el pie en el acelerador hasta salir del túnel. Recuerda que todo lo que aparece es material antiguo grabado en tus redes neuronales que se está reprocesando. Estás en un entorno seguro.

Que no tengas este tipo de reacción intensa no quiere decir que no estés reprocesando. Simplemente sucede que no está guardado así en su cerebro.

La fase 5 se llama instalación. Aquí conectamos tu creencia positiva/recurso con lo que quede del problema pasado a fin de que el recurso positivo enlace con el antiguo problema.

En la fase 6 o examen corporal, tenemos la oportunidad de observar si aún queda algún malestar en alguna parte de tu cuerpo. Este examen corporal es otra forma de asegurarnos de que todo el material relacionado con el problema ha sido completamente resuelto. En EMDR compruebo constantemente los distintos niveles para ver si esto ocurre. Es importante reprocesar todo el material relacionado con el problema para poder ayudarte a dejarlo atrás. Así, podrás incorporar lo aprendido sobre el tema a tu base personal de conocimientos.

El cierre es la fase 7. Juntos, haremos un cierre formal de la sesión usando uno de tus recursos. Me interesa asegurarme de que te sientas bien antes de irte. Si tienes algún malestar o te sientes desconectado de ti mismo y/o no estás seguro de lo que te está pasando, quiero saberlo para poder ayudarte a sentir mejor, o al menos a que estés conectado en el momento presente, antes de irte de la consulta. Es importante que sepas que al comenzar EMDR abres una puerta al procesamiento del material en el que has estado trabajando. Teniendo esto en cuenta, te pediré que anotes cualquier cambio interesante o inusual que ocurra en cualquier área de tu vida entre sesiones. Por ejemplo, ¿estás actuando de manera diferente frente al problema o sus disparadores? ¿Ha mejorado tu estado emocional? ¿Te estás involucrando en conductas nuevas o distintas a las que estás acostumbrado? A veces, sentirás como si regresaras al viejo problema. Pero esto no es razón para alarmante ya que es parte del procesamiento del problema que estás resolviendo. Si tienes cualquier preocupación, o si te sientes muy perturbado por lo que te viene a la mente durante este tiempo, por favor llámame y déjamelo saber para poderte ayudar. No estás solo en este proceso.

La fase 8 ocurre durante la sesión siguiente a la sesión de EMDR. Esta fase se llama reevaluación. En ella repasaremos la información que has recabado entre sesiones para ver si ha surgido algo nuevo sobre lo que necesitemos trabajar. El EMDR es una herramienta excelente para disipar todo el malestar relacionado con el problema sobre el que estamos trabajando.

Los efectos inmediatos, a medio plazo, y a largo plazo

Ahora bien, ¿Qué efectos secundarios produce una sesión de EMDR? Es bastante común sentirse cansado después de una sesión de reprocesamiento, incluso sentir la cabeza como si se hubiera estudiado durante muchas horas. Otras personas no notan nada en especial, y otras se sienten muy bien, ligeras, liberadas. Como no sabemos cómo será tu experiencia, te recomiendo que la primera vez que reprocesemos un trauma con EMDR vengas con alguien que pueda conducir de vuelta a casa. Si esto no es posible, y vienes en coche, no lo cojas inmediatamente después de la sesión. Date una vuelta, tómate algo y despéjate. Si te vas en transporte público no hay ningún problema.

El reprocesamiento, como se indica en la fase del cierre, no se detiene por dejar de realizar la estimulación bilateral, y puede continuar una vez abandonada la consulta, de forma más lenta. También puede que por la noche duermas muy bien, o que te vengan muchas imágenes… cada persona es distinta. Puede que te vengan imágenes o recuerdos, emociones o sensaciones físicas. Recuerda que no tienen que ver con nada que esté ocurriendo en el presente. Es material antiguo. Si te viene algún recuerdo que considere importante, anótelo. Si hasta la próxima sesión nota emociones o sensaciones físicas o pensamientos muy perturbadores, fíjate en cuál es el detonador, y anota todo esto. Este material lo traerás a la consulta, y nos servirá para realizar un trabajo aún mejor.

Los efectos de esta terapia son inmediatos. Los cambios que notes desde que finalice la sesión se deberán al reprocesamiento del trauma trabajado. Estos cambios se van haciendo más profundos y generalizados a medida que nos alejamos en el tiempo. Muchas veces ni siquiera te darás cuenta de algunos de estos cambios hasta que yo te pregunte por ellos. Hay pacientes que responsabilizan a otras causas estos cambios. Sea como fuere, verás cómo al hacer este tratamiento, mejoran los síntomas.

Cuanto puede durar el tratamiento

Muchas personas llegan a este tipo de terapia pensando que su malestar, su problema, se superará en muy pocas sesiones. Esto no siempre es así. Si tu problema es el estrés postraumático por un hecho puntual, lo más probable es que necesites muy pocas sesiones. Si tu problema es un duelo, también iremos rápido, siempre y cuando no tengas otros problemas emocionales. Si tienes depresión el tratamiento es más lento, ya que tu situación no se deberá seguramente a un único hecho, y nos tendremos que fijar con seguridad en tu infancia. No puedo decirte a priori cuantas sesiones necesitaremos. Hay personas con problemas muy graves que mejoran muy rápidamente, mientras otras lo hacen con lentitud.